COVID-19 y laparoscopia ginecológica, ¿cómo proceder?
¿Cómo realizar laparoscopia ginecológica en la era de la pandemia COVID-19? Esa es, precisamente la duda que ha querido esclarecer una revisión científica realizada por un equipo del Servicio de Ginecología del Instituto Clínic de Ginecología, Obstetricia y Neonatología del Hospital Clínic, del Instituto de Investigación Biomédica August Pi I Sunyer (IDIBAPS) y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona. Dicha revisión, titulada “Cirugía laparoscópica en tiempos de COVID-19” ha sido publicada en el último número de la revista Clínica e Investigación en Ginecología y Obstetricia, editada por Elsevier.
El reto de operar en tiempos de coronavirus
El equipo dirigido por la Dra. Meritxell Gràcia, coordinadora de la revisión, destaca el gran reto que ha supuesto y sigue suponiendo a los profesionales y al sistema sanitario la infección por SaRS-CoV-2: “adaptación, creación de circuitos, protocolos y nuevos modelos de asistencia”.
Entre las incógnitas que rodean a la infección por este coronavirus están las relacionadas con el impacto que tiene en el terreno quirúrgico. Fruto de ello, durante el inicio de la pandemia y el confinamiento se pospusieron todas las cirugías electivas benignas y se priorizó la oncología y la cirugía urgente. Tras ello, se retomó, poco a poco la actividad quirúrgica programada priorizando “la seguridad para los pacientes y los profesionales en las distintas etapas del proceso quirúrgico”.
Laparoscopia y coronavirus
Aunque inicialmente surgiera alguna duda sobre la idoneidad de la cirugía laparoscópica frente a la cirugía abierta, al precisar la creación del neumoperitoneo y el miedo a un posible contagio al concentrarse en la cavidad abdominal aerosoles y humo quirúrgico. La realidad, tal y como apunta la revisión de los investigadores del Hospital Clínic, es que “la laparoscopia ha sido considerada de elección por las distintas sociedades científicas en pacientes COVID para la mayoría de indicaciones en ginecología, por las conocidas ventajas hacia el paciente respecto a la vía abierta: menor morbilidad y estancia hospitalaria y porque comporta procedimientos quirúrgicos autónomos y contenidos respecto a la liberación de humo y donde, además, el instrumental y la disposición en quirófano permiten un alejamiento del cirujano y del resto de profesionales en el área quirúrgica respecto al paciente”.
Sobre la posible aerosolización del coronavirus y cómo reducir el riesgo hablamos en un post de finales de marzo. Léelo aquí.
Recomendaciones para la laparoscopia ginecológica durante la pandemia
El uso de equipos de protección personal (EPI) por el personal de quirófano es imprescindible en el momento actual de pandemia en que nos encontramos. Junto a ello, diferentes organizaciones sanitarias y sociedades científicas nacionales e internacionales han recomendado reducir la exposición al CO2 y al humo quirúrgico que se produce en la cirugía laparoscópica en general y, por supuesto, también en la laparoscopia ginecológica.
Junto a esta medida, la revisión científica liderada por la Dra. Meritxell Gràcia recoge otras recomendaciones para los cirujanos ginecológicos, como el cribado epidemiológico no presencial sobre posibles contactos positivos en los últimos 14 días que haya podido tener la paciente; el cribado lo más cerca posible de la cirugía de forma sistemática a todas las pacientes, y la información a la paciente sobre la situación epidemiológica del momento, los riesgos, posibles cambios en las técnicas quirúrgicas o alternativas terapéuticas posibles en caso de existir.
Junto a ello, los cirujanos ginecológicos deben conocer los momentos en laparoscopia en los que podría producirse una transmisión del coronavirus: “durante la creación de neumoperitoneo, la colocación de trócares, en el momento de extracción de la pieza (…) durante la retirada de trocares y al final de la cirugía al vaciar el neumoperitoneo residual”.
Para reducir al mínimo el riesgo de infección por el SaRS-CoV-2 durante la laparoscopia, los autores de esta revisión científica hacen cinco recomendaciones clave:
- Intentar trabajar a presiones intraabdominales más bajas (10-12 mmHg).
- Utilizar trócares que permitan mantener estanco el neumoperitoneo evitando las fugas que el movimiento de entrada y salida del instrumental por el trocar puede ocasionar.
- Ser selectivo con el uso del electrobisturí evitando grandes disecciones y, si se dispone, utilizar selladores.
- Usar sistemas de evacuación del humo mediante sistemas de filtrado, capaces de evitar el paso de microaerosoles de 0,1 hasta 0,01 μm con una eficiencia muy alta (99,9%).
- Evitar pérdidas bruscas de neumoperitoneo, sobre todo al final de la cirugía y durante la extracción de la pieza.
¿Cómo ayuda AirSeal® iFS en la laparoscopia ginecológica?
Como ya explicamos en abril en un artículo, la mejor solución para gestión de humo quirúrgico es la combinación del sistema de insuflación inteligente AirSeal® iFS y el dispositivo de filtrado de humo activo PlumePort® ActiV®. ¿Por qué? porque usando juntos estos productos el cirujano podrá operar a la menor presión intraabdominal posible, sin picos de presión, sin humo y sin perder visión en el campo quirúrgico.
Utilizando AirSeal® iFS -en el modo de operación AirSeal- y PlumePort® ActiV®, el CO2 se recircula entre el generador y la cavidad abdominal de forma continua, siendo filtrado tanto a la entrada como a la salida por el filtro doble de 0,01 μm.
Además, el puerto de acceso sin válvulas AirSeal® de 12 mm funciona sin ninguna barrera mecánica -creando un sello de aire- lo que reduce las incisiones necesarias para la laparoscopia y facilita la extracción de muestras y el manejo de instrumentación (suturas, agujas, clips y mallas biológicas). Todo ello manteniendo la presión del neumoperitoneo.
Si se conecta PlumePort® ActiV® a la cánula de un trocar tradicional se evita la sobrepresión de la cavidad abdominal y la ventilación, por tanto, a través del puerto sin válvulas. Este dispositivo permite, asimismo, una segura y correcta desuflación de la cavidad una vez finalizada la insuflación al acabar la cirugía.
Referencias
Gracia M, et al. Cirugía laparoscópica en tiempos de COVID-19. Clin Invest Gin Obst. 2020.
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